El sector de la cosmética es un mercado global en constante expansión. Cada año, miles de marcas lanzan nuevos productos con la esperanza de conquistar mercados internacionales. Sin embargo, en este proceso, la traducción juega un papel fundamental. Un error en la adaptación del lenguaje puede ser más que una simple anécdota: puede convertirse en una crisis de marca, en problemas legales o incluso en una caída en las ventas. En este artículo, exploraremos los errores de traducción más comunes en la industria cosmética y cómo evitarlos.
Cuando se trata de productos cosméticos, la traducción no es solo una cuestión de marketing, sino también de seguridad y cumplimiento normativo. Las etiquetas, instrucciones de uso y listas de ingredientes deben cumplir con las regulaciones de cada país. Un error en la traducción de un ingrediente puede generar desde simples confusiones hasta problemas legales graves, especialmente si hay consumidores con alergias o sensibilidades específicas.
Además, la traducción influye en la percepción de la marca. Un mensaje mal adaptado puede hacer que el producto parezca de baja calidad o poco profesional, lo que puede afectar la confianza del consumidor.
Uno de los errores más críticos es la mala traducción de ingredientes. Por ejemplo, el término "preservatives" en inglés significa "conservantes", pero si se traduce literalmente como "preservativos" en español, la confusión está servida. Otro ejemplo común es la traducción errónea de "fragrance-free" como "sin fragancia", cuando en realidad muchos productos etiquetados así contienen fragancias neutras para enmascarar olores.
Las instrucciones de uso deben ser claras y precisas. Un error en la traducción puede llevar a que los consumidores usen el producto de manera incorrecta. Por ejemplo, una crema exfoliante que indique en inglés "Apply once a week" podría traducirse erróneamente como "Aplicar una vez al día", lo que podría causar irritaciones en la piel.
El sector cosmético suele jugar con el lenguaje para hacer sus productos más atractivos. Sin embargo, los juegos de palabras o referencias culturales pueden no tener sentido en otros idiomas. Por ejemplo, una marca que lanzó un producto en China con el nombre "Mist" (niebla en inglés) no tuvo en cuenta que en alemán "Mist" significa "estiércol", lo que generó rechazo entre los consumidores de habla alemana.
Cada país tiene normativas específicas en cuanto a la nomenclatura de ingredientes y reclamos publicitarios. En la Unión Europea, por ejemplo, los ingredientes deben figurar en el etiquetado con su nombre INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients), mientras que en otros países pueden aceptarse términos más comunes. Una traducción incorrecta puede hacer que un producto incumpla la normativa y no pueda comercializarse en ciertos mercados.
La famosa marca de champús "Herbal Essences" tuvo problemas en el mercado árabe cuando se descubrió que su nombre podía interpretarse como una referencia a sustancias ilegales. La marca tuvo que ajustar su estrategia de branding para evitar asociaciones negativas.
Nivea lanzó un eslogan en Alemania que decía "It starts with you" (Comienza contigo), pero en algunas regiones se tradujo literalmente como "Empieza contigo mismo", lo que sonaba poco natural y no transmitía el mensaje de cuidado personal que la marca buscaba.
Como mencionamos antes, Estée Lauder lanzó un spray facial con la palabra "Mist" en el nombre sin considerar que en Alemania esta palabra significa "basura" o "estiércol". Esto hizo que el producto fuera difícil de vender en el mercado alemán.
Para evitar estos errores, es fundamental contar con traductores especializados en el sector cosmético. Aquí algunas claves:
Los traductores especializados en cosmética no solo dominan los idiomas, sino que también comprenden la terminología específica del sector y las regulaciones de cada mercado.
Antes de lanzar un producto en un nuevo mercado, es importante realizar pruebas con hablantes nativos para detectar posibles errores o interpretaciones indeseadas.
No todas las frases pueden traducirse literalmente. Es fundamental adaptar el mensaje para que tenga sentido en el contexto cultural del mercado objetivo.
Antes de imprimir etiquetas o materiales promocionales, es necesario asegurarse de que cumplen con la legislación vigente en cada país.
La traducción en el sector de la cosmética es mucho más que cambiar palabras de un idioma a otro.
Un error puede afectar la reputación de una marca, generar problemas legales o incluso poner en riesgo la salud del consumidor. Contar con profesionales de la traducción especializados en el sector cosmético es una inversión clave para garantizar el éxito internacional de cualquier marca.
Si tu empresa está pensando en expandirse a nuevos mercados, en TransOcean Translations te ayudamos a asegurarte de que tus textos sean precisos, efectivos y adaptados a cada audiencia. Porque cuando se trata de cosmética, cada palabra cuenta.